¿Qué es la Ley de Moore? Guía amable y detallada sobre la regla empírica detrás del progreso de los semiconductores—sus límites y lo que viene después
Nuestros smartphones, portátiles, la nube e incluso la IA—muchas de estas tecnologías han dado durante mucho tiempo la sensación de volverse más inteligentes, más rápidas y más baratas casi cada año. Una idea que sostuvo esa sensación durante décadas es la Ley de Moore. No es una ley estricta de la naturaleza, sino una regla empírica (una expectativa basada en la experiencia) que capturó el impulso de la industria de semiconductores. Aun así, su influencia ha sido mucho mayor de lo que sugiere la frase “regla empírica”: moldeó la planificación de I+D, decisiones de inversión, hojas de ruta de productos e incluso el ritmo de la transformación digital de la sociedad.
- La Ley de Moore es la observación/predicción de que el número de transistores en un circuito integrado (CI) aumenta en un periodo regular
- Se propuso en los años 60 y luego se popularizó como “aproximadamente se duplica cada dos años”
- El motor principal fue la miniaturización (hacer las características más pequeñas), lo que afecta fuertemente el rendimiento, el consumo y el costo
- Desde los 2000, los límites por calor, energía y costos se han vuelto evidentes, así que es realista decir que “continúa, pero en una forma cambiada”
- En adelante, el crecimiento no vendrá solo de encoger, sino también de apilado 3D, chiplets y empaquetado avanzado
Lo básico de la Ley de Moore: ¿qué es exactamente lo que “aumenta”?
La magnitud central en la Ley de Moore es el conteo de transistores. Un transistor es un dispositivo que puede amplificar señales o actuar como un interruptor de encendido/apagado, y está cerca de ser el bloque más pequeño de los circuitos digitales. Un circuito integrado (CI) construye muchos transistores en el mismo chip (una porción de oblea de silicio) y los cablea para crear funciones. Así que cuantos más transistores puedas empaquetar en el mismo área, más fácil es implementar circuitos más complejos y ricos en funciones.
Una advertencia clave: “más transistores” no significa automáticamente que tu dispositivo se sienta más rápido en la misma proporción. El conteo de transistores es un símbolo de capacidad, pero la experiencia real está muy influida por la arquitectura, la memoria/almacenamiento, la optimización de software y las restricciones de energía. Aun así, aumentar el conteo eleva el “techo de lo posible”, y a largo plazo ha habilitado repetidamente ganancias de rendimiento y nuevas capacidades.
De dónde viene: el “patrón de aumento” que observó Gordon Moore
La Ley de Moore se remonta a Gordon Moore, conocido como cofundador de Intel, quien observó el progreso de los CI en los años 60 y afirmó que la densidad de integración seguiría aumentando a un ritmo constante. Las primeras descripciones eran del estilo “sigue aumentando año a año”, y más tarde se consolidó en la frase ampliamente usada “se duplica cada ~18–24 meses”.
Lo importante es que la Ley de Moore no era “magia que predice el futuro”. También se convirtió en una meta que la industria trabajó para cumplir. Se compartieron hojas de ruta, y materiales, herramientas de fabricación, métodos de diseño y técnicas de medición avanzaron juntos—respaldados por inversiones que asumían que toda la industria se movería a ese ritmo. En otras palabras, la Ley de Moore fue a la vez una observación y una especie de bandera autocumplida para planificar.
¿Por qué duró tanto el “doble”? Miniaturización y saber hacer de producción masiva
La razón principal por la que la Ley de Moore se sostuvo tanto tiempo es simple: seguimos aprendiendo a hacer transistores más pequeños. Cuando los transistores se encogen, puedes meter más en la misma área. El cableado también tiende a acortarse, lo que (en principio) ayuda a la velocidad porque las señales recorren menos distancia. Si el voltaje puede bajarse manteniendo el rendimiento, el consumo también puede mejorar.
Pero la miniaturización no es “solo escalar todo hacia abajo”. A medida que las características se reducen, se multiplican los problemas: límites de la litografía (dibujar patrones con luz), variación a escala atómica, aumento de corrientes de fuga, resistencia/capacitancia del cableado y límites de materiales. Aun así, las mejoras en tecnología de exposición, ciencia de materiales, estructuras de transistores, control de proceso y gestión estadística de defectos siguieron empujando la producción en masa.
“Más pequeño” no es lo mismo que “más rápido”
Una confusión común es mezclar conteo de transistores con frecuencia de reloj (GHz). Hubo un periodo en el que los relojes subían de forma sostenida y se instaló el malentendido de “Ley de Moore = más GHz”. En realidad, la Ley de Moore trata de densidad de integración; la velocidad de reloj está limitada por otras restricciones—en especial energía y calor.
Desde mediados de los 2000, aumentar el reloj elevaba el consumo y el calor de forma tan brusca que se volvió impracticable. Entonces las CPUs cambiaron hacia mejoras por diseños multinúcleo, mejor eficiencia por instrucción, cachés más grandes (memoria rápida) y bloques especializados (cifrado, video, etc.). Es decir: cuando los transistores siguen aumentando, lo que importa más es cómo gastas el “presupuesto” de transistores—y eso es lo que hoy determina el “rendimiento percibido”.
Una sensación concreta: cómo más transistores ampliaron lo que los chips pueden hacer
Una intuición histórica rápida: los microprocesadores tempranos tenían conteos de transistores de miles y manejaban sobre todo cómputo básico y control. A medida que crecieron a decenas de miles, millones, luego cientos de millones y miles de millones, se expandió “lo que puedes meter en un solo chip”:
- Ejecución más avanzada: aritmética compleja y predicción de saltos que acelera diseños al mismo reloj
- Cachés más grandes: reduce la espera por acceso a memoria, mejorando la respuesta
- GPU y cómputo para IA más fuertes: paralelismo masivo para gráficos/video y entrenamiento/inferencia
- Integración tipo SoC: integrar no solo CPU sino comunicaciones, imagen, cripto, control de sensores, etc.
- Gestión de energía: conmutación más inteligente de voltaje/frecuencia/bloques según la situación
El punto clave: el crecimiento de transistores impulsó tanto el rendimiento bruto como la integración. Los smartphones pueden ser pequeños y, aun así, muy completos porque muchas funciones se consolidan en un solo chip.
Un ejemplo simple de crecimiento: ¿qué tan grande se vuelve si el doble continúa?
El crecimiento exponencial no es intuitivo, así que aquí va un ejemplo rápido. Supón que un chip empieza con 1.000.000 de transistores y “se duplica cada dos años”. Si eso sucede cinco veces, eso es 2^5 = 32×.
- Año 0: 1.000.000
- Año 2: 2.000.000
- Año 4: 4.000.000
- Año 6: 8.000.000
- Año 8: 16.000.000
- Año 10: 32.000.000
En solo diez años, es 32×. Si esto continúa por décadas, es natural que cambien las filosofías de diseño y los modelos de negocio. El crecimiento de la escala de la nube, la IA en servicios y dispositivos personales potentes se apoya en estos “cambios pequeños que se componen en algo enorme”.
Los muros desde los 2000: por qué la Ley de Moore se volvió más difícil
La gente empezó a decir que la Ley de Moore no puede mantener el mismo ritmo por varias razones—especialmente energía/calor y costo.
A medida que avanza la miniaturización, las corrientes de fuga tienden a aumentar. Cuando los transistores son extremadamente pequeños, la corriente puede “filtrarse” incluso cuando el interruptor debería estar apagado, elevando el consumo en reposo. Además, hay un límite a cuánto puede bajarse el voltaje; si empujas demasiado la frecuencia o la escala del circuito, el calor se vuelve una restricción dura. Cuando los chips se calientan demasiado como para enfriarlos, debes reducir rendimiento para protegerlos—lo que significa que el rendimiento teórico no se traduce en productos reales.
Luego está el costo creciente de fabricación. Los procesos avanzados requieren equipos extremadamente caros, y las fábricas (fabs) cuestan sumas enormes de construir y operar. Mejorar el rendimiento de producción (yield, la fracción de chips buenos) se vuelve más difícil, y optimizar diseño + fabricación toma más tiempo y dinero. Como resultado, es más difícil decir “encoger automáticamente te da más por el mismo costo”, así que la “ley” se debilita en sentido económico.
Cuando la gente dice “la Ley de Moore se acabó”, ¿qué quieren decir exactamente?
La frase “la Ley de Moore se acabó” a menudo mezcla varios significados. Separarlos lo vuelve más claro:
- Límites físicos: variación a escala atómica, efectos cuánticos y restricciones de materiales dificultan encoger
- Límites de potencia: mayor densidad de calor hace que mejoras de voltaje/frecuencia se estanquen
- Límites económicos: los nodos avanzados se encarecen tanto que se rompe “el doble por el mismo dinero”
- Límites de diseño: la verificación y la complejidad se disparan incluso si sube el conteo
El que más gente “siente” suele ser el límite económico: aunque algo sea físicamente posible, puede no ser rentable, no recuperar inversión o tardar demasiado en diseñarse. Por eso hoy la Ley de Moore se discute no solo como “¿siguen aumentando los transistores?”, sino como “¿puede la industria seguir aumentando el valor al mismo ritmo?”
Aún avanzando: tecnologías que sostienen la Ley de Moore “en otra forma”
El progreso moderno trata cada vez más de algo más que encoger. Esto es crucial: por eso muchos dicen que la Ley de Moore “continúa, pero con otra forma”.
1) 3D y apilado (de lo plano a lo vertical)
Tradicionalmente, los circuitos se extendían sobre una superficie plana. Ahora, apilar en vertical es más importante. Un ejemplo mayor es 3D NAND, donde la densidad de memoria creció mediante muchas capas. Para lógica (CPU/GPU), el apilado 3D y la colocación cercana pueden acortar distancias, mejorando ancho de banda y eficiencia energética.
2) Chiplets (dividir y luego ensamblar)
Cuando los chips crecen, los defectos dañan más el yield y los costos suben. Los chiplets dividen funciones en varios chips más pequeños y luego los conectan a alta velocidad dentro de un mismo paquete para que se comporten como un solo procesador. Esto mejora el yield, permite combinar piezas para distintos productos y habilita “mezcla de nodos” (usar proceso avanzado solo donde importa).
3) Empaquetado avanzado (cómo conectas determina el rendimiento)
El empaquetado solía sentirse como un contenedor. Ahora influye en el rendimiento mediante densidad de cableado, ancho de banda chip-a-chip, diseño térmico y colocación de memoria. Colocar GPUs cerca de memoria de alto ancho de banda para lograr rendimiento masivo encaja especialmente con las demandas de la era de la IA.
4) Estructuras y materiales de transistores
A medida que encoger se vuelve más difícil, los ingenieros cambian “formas” y materiales del transistor para preservar rendimiento: estructuras con compuerta más envolvente, innovaciones de cableado, métodos revisados de entrega de potencia y muchas mejoras “invisibles”. Una forma simple de decirlo: el foco pasa de “solo hazlo más pequeño” a “hazlo más inteligente”.
La Ley de Moore cambió más que la tecnología—cambió el ritmo de la sociedad
La Ley de Moore no se quedó dentro de los chips. A medida que el rendimiento subía, los costos bajaban y más funciones cabían en el mismo tamaño, también cambiaron los sistemas sociales:
- Dispositivos personales más inteligentes: teléfonos que combinan cámara, mapas, pagos, traducción, edición
- Nube y centros de datos más grandes: cómputo a gran escala disponible “como servicio”
- IA práctica: visión, voz y lenguaje entrando en productos cotidianos
- Dispositivos industriales más capaces: vehículos, fábricas y equipos médicos con control/análisis avanzado
- Seguridad más fuerte: cifrado y autenticación volviéndose estándar e integrándose en la sociedad
En ese sentido, la Ley de Moore también actuó como un “indicador informal del límite de velocidad” de la transformación digital, moldeando cómo trabajamos y vivimos.
¿Para quién es útil? ¿Qué ganas al leer esto?
Este tema es particularmente útil para:
- Planificación de negocio / estrategia de producto: aclara por cuánto tiempo puedes esperar que el rendimiento mejore al mismo ritmo, lo cual importa para inversión y hojas de ruta. Cuando el progreso del hardware se ralentiza, aumenta el valor relativo de optimización de software, diseño de datos y mejora operativa.
- Ingenieros / estudiantes: ayuda a explicar por qué la evolución de CPU/GPU/aceleradores de IA no la determina solo el encogimiento, y hace más fácil apreciar arquitectura y optimización.
- Cualquiera que use TI en el trabajo: muestra por qué “el rendimiento siempre subirá” o “siempre será más barato” puede cambiar, afectando costos de nube, ciclos de renovación de dispositivos y planes de adopción de IA.
- Lectores generales: hace más fáciles términos como “miniaturización”, “nm” y “el fin de la Ley de Moore” sin pánico ni optimismo ingenuo—los límites a menudo son un desvío hacia una nueva ruta, no estancamiento puro.
El mayor valor es aprender a separar:
- Lo que tiende a seguir mejorando (densidad de integración)
- Lo que tiende a chocar con límites (frecuencia, potencia)
- Cómo se está extendiendo el valor (3D, chiplets, empaquetado)
Con eso, se vuelve más fácil leer noticias tecnológicas y lanzamientos con calma.
Consejo de lectura: no persigas solo el “nm”
Las etiquetas de “generación nm” destacan, pero ya no son medidas directas de capacidad. El mismo número puede significar cosas distintas entre empresas y nodos, así que comparaciones simples pueden fallar. Es más seguro considerar también:
- Rendimiento: cuánto más rápido al mismo consumo (o cuánto menos consumo al mismo rendimiento)
- Energía: crucial para móviles y centros de datos; ligado a límites térmicos
- Área/densidad: qué tan pequeño puedes hacer una función (afecta costo e integración)
- Empaquetado: ancho de banda de memoria, comunicación chip-a-chip, diseño térmico, etc.
Con estas lentes, “¿se acabó la Ley de Moore?” se vuelve más manejable: incluso si el encogimiento se ralentiza, el valor puede seguir subiendo por integración, implementación y especialización.
Mini glosario (con esto ya es más fácil)
- Transistor: dispositivo de conmutación; más transistores facilitan circuitos complejos
- Miniaturización: hacer transistores y cableado más pequeños para meter más en la misma área
- Corriente de fuga: corriente que se filtra incluso “apagado”, suele empeorar a escalas pequeñas
- Yield (rendimiento de fabricación): fracción de chips fabricados que salen bien; se complica en nodos avanzados e impacta costos
- Chiplets: combinar varios chips pequeños como un solo producto
- Empaquetado avanzado: mejorar las “conexiones” entre chips/memoria para desbloquear rendimiento
Conclusión: la Ley de Moore no “termina”—“cambia cómo se mueve”
La Ley de Moore describió durante mucho tiempo el progreso de semiconductores como la regla empírica de que el conteo de transistores aumenta en un periodo regular. Hoy, restricciones más fuertes—energía, calor, costo y complejidad de diseño—hacen difícil esperar el mismo tipo de duplicación en la misma forma. Sin embargo, el progreso continúa mediante apilado 3D, chiplets, empaquetado avanzado y especialización; las formas de crear valor se están diversificando.
Así que, al leer sobre la Ley de Moore de aquí en adelante, no te enfoques solo en “¿sigue el encogimiento?”. En su lugar, mira qué restricción es el cuello de botella y qué truco de ingeniería está extendiendo el valor. Esa perspectiva hace que las noticias y anuncios de productos se sientan menos caóticos—y te ayuda a conectar el progreso de semiconductores con cómo afecta tu propia vida y trabajo.

